- Noticias
- 30 visitas

A la hora de sembrar, una de las dudas más comunes es si conviene abonar antes o después. Y como casi siempre en jardinería y agricultura, la respuesta depende de varios factores: el tipo de planta hortícola, ornamental...; el suelo, el abono que uses… En este artículo te damos una respuesta clara, con consejos prácticos para que sepas cómo y cuándo abonar según cada caso. Porque preparar bien el terreno es la base de cualquier cultivo que quieras ver crecer sano y fuerte.
¿Para qué sirve abonar antes de sembrar?
Abonar antes de sembrar tiene un objetivo principal: preparar el terreno para que las plantas encuentren lo que necesitan desde el primer momento. Al incorporar el abono al suelo antes de la siembra, mejoras su estructura, activas la vida microbiana y aportas nutrientes que se irán liberando poco a poco. Esto es especialmente importante si usas abonos orgánicos como compost, estiércol o humus, ya que necesitan tiempo para integrarse bien. Un suelo abonado con antelación no solo aporta alimento, también crea un entorno más esponjoso, aireado y equilibrado. Y eso se traduce en raíces más fuertes y un crecimiento más estable desde el principio.
¿Y abonar después de sembrar? ¿Tiene sentido?
Sí, tiene sentido, aunque no como sustituto del abonado previo, sino como un complemento. Abonar después de sembrar se utiliza sobre todo como refuerzo nutricional, en momentos clave del ciclo del cultivo, como el crecimiento vegetativo o la floración. Es una práctica común en plantas exigentes o cultivos de ciclo largo, donde se aplican fertilizantes líquidos, solubles o de acción rápida. Eso sí, hay que tener cuidado: si se aplican de forma incorrecta o con productos demasiado concentrados, pueden quemar las raíces o dañar la planta. Por eso, es una técnica útil, pero que requiere cierto control y conocimiento.
Entonces, ¿cuándo es mejor abonar?
En la mayoría de los casos, lo más recomendable es abonar antes de sembrar. De esta forma, preparas el suelo con tiempo, generas una base rica en nutrientes y creas las condiciones adecuadas para que la planta pueda desarrollarse desde el primer día. Es especialmente importante si trabajas con abonos orgánicos o suelos agotados. El abonado posterior puede ser útil como refuerzo puntual, pero nunca sustituye una buena preparación previa. Si quieres asegurarte de que tu siembra tenga éxito, no te saltes este paso. Un suelo bien nutrido desde el principio marca la diferencia.
Preguntas frecuentes
¿Qué tipo de abono usar antes de sembrar?
Para abonar antes de sembrar, lo ideal son abonos orgánicos y de liberación lenta. El compost, el estiércol bien descompuesto o el humus de lombriz son opciones muy recomendables. Además de aportar nutrientes, mejoran la estructura del suelo y favorecen la actividad biológica, algo fundamental para que las plantas se desarrollen con fuerza desde el inicio.
¿Qué tipo de abono usar después de sembrar?
Después de sembrar, se suelen usar fertilizantes líquidos, solubles o de liberación rápida. Este tipo de abonos son útiles cuando la planta ya ha germinado y necesita nutrientes específicos en determinadas fases, como el crecimiento vegetativo o la floración. También pueden aplicarse por vía foliar o mediante riego, siempre con cuidado de no sobredosificar.
¿Se puede abonar justo al sembrar?
Se puede, pero hay que saber cómo. Si el abono es suave y está bien integrado en el suelo, no hay problema. Pero si usas fertilizantes demasiado fuertes o mal compostados, podrías dañar la semilla o dificultar la germinación. Lo más seguro es abonar unos días antes y dejar que el suelo se estabilice, sobre todo si trabajas con materia orgánica.
En resumen…
Abonar antes de sembrar es, en la mayoría de los casos, la mejor estrategia para asegurar un buen arranque del cultivo. Después puedes complementar según las necesidades de cada planta, pero sin una base bien trabajada, difícilmente verás buenos resultados. ¿No tienes claro qué abono usar para tu cultivo? En Viveros Vivaria te ayudamos a elegir el más adecuado. Consultanos sin compromiso.